Uno de los lugares que queríamos visitar sí o sí cuando decidimos ir a Madagascar era el El Grand Tsingy, viaje a otro planeta, lugar espectacular, único en el mundo. Y desde luego que lo visitamos, puedes leer nuestra experiencia en el siguiente enlace, El Grand Tsingy, viaje a otro planeta. Pero siempre tuvimos en mente ve Le Petit Tsingy, su hermano pequeño.
Le Petit Tsingy, es el parque al que todo el mundo obvia después de la experiencia en el mayor. La razón principal de tener en mente este parque era el vértigo que suelo sentir en ciertos lugares, alturas, etc. Y aunque finalmente hice sin problemas, pero sí con algún que otro miedo el Grand Tsingy, decidimos que era buena idea disfrutar del otro Tsingy, del otro “Andar de puntillas”, esta es la traducción de Tsingy.
Le Petit Tsingy
Este parque es mucho más pequeño que su hermano mayor, de hecho, con una hora es más que suficiente para recorrerle, esa es la duración de una visita con guía. Aquí hago un pequeño inciso.
Todos los Parques Nacionales en Madagascar requieren que se visiten con un guía local al que tienes que contratar, lo cual me parece perfecto para que su riqueza natural, también les ayude a vivir. Que no se queden los beneficios sólo los tour operadores extranjeros, sino que sean los propios locales los que también se beneficien.
De vuelta al Le Petit Tsingy, este parque tiene la particularidad de ser una especie de maqueta a mucha menor escala, pero guardando todos los parecidos con el Grand Tsingy. Y es por eso que lo convierte en el lugar perfecto para visitar por aquellas personas que tengan miedo a las alturas o vértigo. Gente cuya forma física sea terrible, ancianos, niños, etc.
Es un parque fácil de caminar, aunque en algunos puntos, subes cierta altura, realmente es algo que, incluso teniendo un grado de vértigo altísimo, no debería impedirte hacerlo. Y sé de lo que hablo, en una ocasión sufrí un ataque de pánico debido al vértigo, subiendo al tejado del Duomo de Milán, y se pasa realmente mal.
Le Petit Tsingy se encuentra en el mismo pueblo de Bekopaka, al lado de la zona donde cruzan los vehículos el río Manambolo. Y pertenece al Parque Nacional Tsingy de Bemaraha, así lo indica en el principio del camino.
Durante el principio del recorrido vas a ver las formaciones rocosas tan espectaculares como las del Grand Tsingy, y lo bonito que tiene esta parte, es poder andar a través de un camino, por ellas, como si de un laberinto se tratara. Viendo las estrecheces entre bloques, cómo los árboles se hacen camino entre tanta roca. Una auténtica pasada.
Y por supuesto, su punto más álgido es cuando subes a la parte más alta, (obviamente no subes mucha altura). Ahí puedes disfrutar de unas preciosas vistas de las formaciones rocosas y de los alrededores.
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Nosotros no decidimos el alojamiento donde íbamos a quedarnos dos noches. Por Bekopaka hay varios alojamientos que son similares, cuentan con piscina y bungalows, todo un relax después de la aventura por el Grand Tsingy. Nos alojamos en uno que se llama Hotel Orchidee du Bemaraha.
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