El Palacio Imperial de Kioto está en el centro de la ciudad, en el centro de un parque enorme, con varias avenidas de tierra blanca, a lo grande.
El Palacio fue la residencia oficial de los emperadores desde 1331 hasta la época de la restauración Meiji. A partir de ese momento todo se trasladó a Tokio, y es cuando esta comenzó a ser la capital de Japón.
Veníamos de visitar el Castillo de Nijo-jo, que se encuentra a unos diez minutos andando. Pensábamos que podía estar cerrado, pues ya era algo más de las cinco de la tarde. Y sí, efectivamente estaba cerrado, pero… lo que no sabíamos es que hay que pedir cita previa por internet para poder visitar el Palacio Imperial de Kioto. Cómo pedir cita lo contaremos un poco más adelante.
En cualquier caso, decidimos que había que visitar el recinto, ya que todos los parques de Japón son increíbles cómo están cuidados, la forma de los árboles, con una exquisitez absoluta.
Cómo en todos los parques de este tipo, suele haber más cosas más allá del Palacio Imperial, y efectivamente. Ahí estaba un pequeño templo, con su correspondiente tori. Templo de piedra, lo que nos hace pensar que debe ser bastante antiguo.
Los jardines en sí son muy bonitos, acogedores. Invitan a pasear en soledad, por el tamaño del parque eso no es nada difícil.
Por fin llegamos hasta la mismísima puerta de ese Palacio Imperial que nunca pudimos ver. Después hemos visto fotos, y aunque es un lugar precioso, el Castillo de Nijo-jo es algo similar, así pues, nos quedamos más tranquilos sabiendo que lo que nos perdimos, aún siendo único, no era tan único como pensábamos.
Los parques son para que la gente los disfrute. Además de algún que otro turista despistado como nosotros, había un grupo numeroso de colegiales que apenas sobrepasaban los diez años. Estaban haciendo pruebas de atletismo, muy graciosos. Todos vestidos iguales, todos siendo niños, pero se echaba de menos las voces y gritos a los que estamos acostumbrados en otros lugares del mundo.
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Alrededor de estas flores y plantas cuidadas con extremo esmero. Como siempre, los japoneses buscan la perfección y la armonía con la naturaleza.
Cómo pedir cita para acceder al Palacio Imperial de Kioto
El permiso para poder visitar el Palacio, se tiene que gestionar por internet, en la página web de la agencia imperial.
Hay que solicitar un día y una hora específicos entre los que aún estén disponibles. Se necesita rellenar el nombre, país de procedencia y pasaporte. Cuando se acaba el proceso, hay que imprimir el documento que se ha generado y llevarlo el día de la visita junto con el pasaporte. Tienen que asegurarse que la persona que acude a la cita es la que dice ser.
Conviene ir alrededor de media hora antes. La visita guiada puede ser tanto en inglés como en japonés, y obviamente es en grupo.
Cómo llegar hasta El Palacio Imperial
La mejor manera de llegar hasta el Palacio Imperial de Kioto es en autobús. La parada correspondiente es Saibansho-mae.
Las líneas que pasan por esa parada de autobús son la 204, 10, 93 y 202.
Alojamiento en Kioto
Pasamos tres las noches en Kioto. El alojamiento que elegimos fue la Guest House Stella Gosho. Los motivos que nos llevaron a elegir esta guest house fueron el precio y la localización.
Esta Guest House, está situada en una tranquila calle del centro de Kioto, frente de la parada de autobús Kawaramachi Marutamachi (líneas 4, 10, 17, 59, 93, 202, 204 y 205). La dirección es Kamigyo-ku Tawaraya-cho 484.
Está a tan sólo 15 minutos del Castillo Nijo-jo</strong> y a unos cinco minutos del Palacio Imperial.
Muy cerca hay un supermercado Fresco. En este supermercado hay una gran variedad de productos japoneses exquisitos. Y a unos cinco minutos, hay un 7 Eleven que tiene un cajero automático, que además, admite tarjetas extranjeras (no todos los cajeros de la ciudad admiten tarjetas de crédito extranjeras).
La Guest House Stella Gosho lo llevan un matrimonio. La mujer se llama Luna, es taiwanesa y él es japonés. Vivieron durante casi diez años en la República Dominicana. El castellano que hablan es algo limitado, pero intentan hablar contigo y son muy amables. También hablan inglés. Excelentes anfitriones. Lugar muy recomendable.
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