Japón

Gion y Pontocho, Geishas e izakayas en Kioto

Gion y Pontocho

Kioto es famosa por ser la ciudad donde las geishas y las maikos, aprendices de geishas, se pueden ver con cierta facilidad. Y digo cierta, porque realmente no es fácil verlas, pero tampoco imposible.

La tradición en esta ciudad es la norma, no sólo por la cantidad de templos, si no por su propia idiosincrasia. Esa tradición se huele y se siente en muchos rincones de la ciudad, especialmente en la zona de Gion y la zona de Pontocho.

Por suerte, estas dos zonas están prácticamente juntas, y además muy cerca del centro. Por lo que es un buen plan ir a pasear por Gion, intentar ver alguna geisha o maiko, y antes de retirarnos, pasar por una izakaya a tomar una cerveza, ya sea con sochu o no, y alguna delicia culinaria de la zona, como los okonomiyakis, ¿suena a chino, no? Pues casi, a japonés.

El sochu es una bebida destilada japonesa muy similar al vodka, y suele ser una bebida habitual por las noches. Una jarra de medio litro con hielos, donde algo menos de la mitad es sochu y el resto cerveza, acompaña cualquier deliciosa comida.

Gion

Hanamikoji Dori está cortada por la calle principal Shijo Dori. Como mostrando dos mundos diferentes, Hanamikoji está lleno de casas tradicionales donde las cortinas y las puertas deslizables esconden secretos. Sin embargo Shijo Dori son todo luces y tiendas con miles de artículos deseosos de ser vendidos a ávidos turistas.

Es en el sur de Hanamikoji Dori donde se esconden las geishas en sus escuelas, donde esperan los taxis para ir a las citas con sus clientes. Donde existen pequeñas izakayas, donde sólo ellas y otros afortunados pueden degustar, trasladándose a otros tiempos, la tradición japonesa en profundidad.

Gion y Pontocho

En Gion y Pontocho las geishas son conocidas como geiko, y las maiko, como aprendices de geiko.

Llegados a este punto, conviene recordar que las geishas no son prostitutas ni nada que se le parezca. El origen de las geishas era entretener y amenizar reuniones o fiestas mediante la danza, la música o la narración. Siempre desde la más estricta tradición.

Muchas de las casas que se encuentran en estas calles de Kioto, Hanamikoji y las de alrededor son Okiya, es decir, escuelas de geishas. Quienes regentan estas Okiya son las okasan, que literalmente significa madre. Cuando las geishas comienzan su largo aprendizaje, esas okiya son su casa, su pensión, y las okasan sus maestras, sus madres.

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Pasear por la noche por las calles aledañas a Hanamokoji-dori es una delicia. Y digo las calles de alrededor, porque esta suele estar atestada de turistas buscando una foto de una geisha, cual celebrity saliendo de su mansión en Hollywood.

Gion y Pontocho

Tuvimos suerte, nos encontramos de frente con tres geishas saliendo de una okiya hacia un taxi, pudimos verlas, maquilladas, con caminar frágil, ligero, pero seguro. Los flashes se abalanzaron sobre ellas, parecía un mundo de paparazzis. Un espectáculo.

Gion y Pontocho

Pontocho

Pontocho es izakayas, izakayas y más izakayas. Lámparas de papel y más lámparas de papel. Calles estrechas, como la famosa Pontocho Alley. Una estrecha callejuela muy pintoresca, con callejuelas incluso más estrechas, llamándote, en busca del saboreo de un ramen caliente o un takoyaki.

Gion y Pontocho

Merece la pena ir paseando a Pontocho por Kiya-machi Dori, que junto a un tranquilo canal, nos muestra el camino en busca de esa izakaya donde creemos encontrar la mejor cena de la ciudad, al mejor precio, la más local. Sin turistas, huyendo de las izakayas que recomiendan las guías de viajes.

Gion y Pontocho

Pontocho tiene como origen el arreglo de las riberas del río Kamo. Como siempre, hay transformaciones urbanísticas que ocurren sin que nadie lo espere, y así nació Pontocho. Pronto empezaron a abrirse casa de té y okiyas, y así llegó a convertirse en pocos años en uno de los barrios de geishas de Kioto más importantes.

También es un paseo agradable ir por la ribera del río, y disfrutar de un atardecer en alguna de las terrazas que cuelgan sobre el río Kamo. Restaurantes más caros, más exclusivos, lejos del ambiente tabernario de las izakayas.

Gion y Pontocho

Los días son para los templos, las noches para las geishas y las izakayas.

Alojamiento en Kioto

En Kioto estuvimos tres noches. El alojamiento que elegimos fur Guest House Stella Gosho. Las razones de esta elección fueron el precio y la localización.

Está situada en un tranquilo lugar en el centro de la ciudad, frente de la parada de autobús Kawaramachi Marutamachi (líneas 4, 10, 17, 59, 93, 202, 204 y 205), sólo hay que meterse por una callejuela. La dirección exacta es Kamigyo-ku Tawaraya-cho 484.

Se encuentra a unos 15 minutos del Castillo Nijo-jo y a cinco minutos del Palacio Imperial.

Tiene muy cerca un supermercado Fresco, con una inmensa cantidad de productos japoneses exquisitos. También hay cerca, a unos cinco minutos, un 7 Eleven con un cajero que admite tarjetas extranjeras.

Lo llevan un matrimonio, ella. Luna, es taiwanesa y él japonés, que estuvieron diez años viviendo en República Dominicana. Su castellano es limitado, pero lo intentan y además hablan inglés. Muy buenos anfitriones.

De todos modos puedes encontrar otras alternativas para alojarte en Alojamientos en Kioto.

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Sobre mí

Raúl

Me fascina viajar, y hasta cierto punto estoy obsesionado con los viajes. Siempre intento tener un billete de avión en la cartuchera.
Recuerdo el momento que por primera vez pisé el extranjero, tenía 18 años, ese fue un viaje de ida, aún quiero seguir conociendo más y más.

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