Japón

Fushimi Inari, el santuario del laberinto de toriis en Kioto

Puedo afirmar con toda seguridad que los templos, santuarios o lugares sagrados de Kioto son espectaculares, increíbles. Cada uno tiene una particularidad que lo hace completamente diferente del resto. Y en el caso de Fushimi Inari, su laberinto de toriis, esos que te marcan el camino hacia los diferentes santuarios de la montaña Inari, creando un paisaje único, mágico.

Fushimi Inari Kioto

En Memorias de una Geisha veíamos como la niña corría a través de los toriis. Por si no recuerdas esa imagen, aquí puedes ver el vídeo, Memorias de una Geisha Fushimi Inari Taisha. Como anécdota, contar que esa fue la única escena de esta película que se grabó en Kioto.

Cuando llegamos a Kioto, incluso antes de coger el avión que nos llevaría al país del sol naciente, ya tenía en mi mente visitar ese increíble lugar. Era uno de esos lugares que sí o sí quería visitar, y fue todo un acierto. Es más, no ir es como perder una oportunidad única de ver algo que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.

Historia de Fushimi Inari

Fushimi Inari Kioto

Para ponernos un poco en contexto con respecto a este santuario, vamos a ver un poco sobre su historia.
Fushimi Inari es el principal santuario sintoísta dedicado al espíritu Inari, aquella que guardaba la buena marcha y la suerte en los negocios, además de las cosechas, especialmente las de arroz.

Fue construido en una montaña, a las afueras de Kioto, en Fushimi-ku, y poco a poco, comerciantes, artesanos, agricultores y aquellos que buscaban la fortuna en sus negocios fueron ofreciendo como ofrendas toriis y barriles de sake. Fue fundado en el año 711.

Fushimi Inari Kioto

Fueron tantos los toriis ofrendados y los pequeños santuarios construidos, que se calculan unos 32 mil santuarios y decenas de miles de toriis.

Hoy en día sigue siendo lugar de peregrinación para los japoneses, y de turismo masivo para los visitantes.

Qué ver en Fushimi Inari

Son casi cuatro kilómetros de esta delicia naranja en forma de torii que se pueden recorrer, subiendo por los diferentes caminos hasta ir llegando a los santuarios más importantes.

Cada santuario tiene al menos un zorro que vigila, y en muchas ocasiones con una llave en la boca. Este zorro o también conocido como kitsune, era el mensajero de Inari, y la llave en su boca es la llave donde se guarda el arroz, donde se guarda la riqueza.

Fushimi Inari Kioto

Los pequeños templos que hay en este santuario son una regresión a otros siglos. El musgo húmedo que recubre las figuras de piedra, la madera que ha sido carcomida a lo largo de los siglos, esa ceremonialidad más propia de otros tiempos.

Por supuesto, no vamos a olvidar el gran cuidado y detalle que ponen los japoneses en la conservación de los parques. Cada árbol tiene sus ramas apuntando a un lugar concreto, nada es casual, la poda está dirigida a conseguir la mayor belleza.

Fushimi Inari Kioto

Al iniciar el camino por los toriis puedes llegar a pensar que estás en medio de una manifestación, y es que Kioto siempre está lleno de turistas. Vayas al templo que vayas son centenares de turistas los que han decidido hacer el mismo plan que tú. Pero no te preocupes, sólo al principio vas a ver frustrados tus intentos de sentirte solo en esos caminos naranjas mágicos. Cuanto más vayas subiendo, más solo va a estar, y más fácil te va a resultar conseguir esa foto que pretendías.

Fushimi Inari Kioto

Al bajar, merece la pena hacerlo por los caminos de piedra. En ellos te encontrarás faroles que guían tus pasos y zorros vigilando, con las llaves en sus bocas, también de piedra.

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El final del camino tiene su recompensa. Si hay algo que me gustó y superó con muchos mis expectativas fue la comida japonesa. Lejos del tópico del shushi, que está increíblemente bueno, existen platos más típicos de cada zona. En Kioto es el okonomiyaki. De Osaka son los takoyakis, bolas fritas en planchas con un trozo de calamar dentro. Esta fue nuestra recompensa al final del camino, unos deliciosos takoyakis.

Fushimi Inari Kioto

Cómo llegar a Fushimi Inari desde Kioto

Fushimi Inari es el santuario que más lejos se encuentra de Kioto, pero bueno es saber que está abierto las 24 horas del día. Aunque está lejos, el transporte hasta allí tiene muchas frecuencias, y se puede ir en JR o en autobús urbano.

Cómo llegar en autobús

Desde Kioto Navy, si no tienes el JR Pass, puedes llegar hasta Fushimi Inari en autobús local.
Tienes que dirigirte al andén de autobuses, la plataforma desde donde salen los autobuses hasta Inaritaisha-mae (la parada donde te tienes que bajar), es la C4. Mirando desde la salida principal de Kioto Navy, la última a la izquierda.. Las líneas que cubren este trayecto son la 105 y la 5.

Cómo llegar en tren JR

Si aún conservas el JR Pass activo, que estando en Kioto será lo más probable. Tienes que coger la línea JR Nara desde Kioto Navy. Los andenes son los 8, 9 y 10, pero acuérdate de tomar sólo el de servicio local (trenes viejos de color verde). Si tomas cualquier otro, puede que no pare en Inari. Son sólo dos paradas hasta llegar a Inari, apenas 10 minutos.

Desde allí hasta el santuario se tarda unos cinco minutos andando, sólo hay que seguir al resto de gente hacia donde se dirigen.

Alojamiento en Kioto

En Kioto pasamos tres noches. El alojamiento que elegimos fue Guest House Stella Gosho. Los motivos por los cuales nos decantamos por esta Guest House fueron el precio y la localización.

Está muy bien situada, en una zona tranquila del centro de la ciudad. En frente está parada de autobús Kawaramachi Marutamachi (líneas 4, 10, 17, 59, 93, 202, 204 y 205), sólo hay que meterse por una callejuela para llegar al hostel. La dirección exacta es Kamigyo-ku Tawaraya-cho 484.

Está localizada a unos 15 minutos del Castillo Nijo-jo y a otros cinco minutos del Palacio Imperial.

Muy cerca hay un supermercado Fresco, que tiene una inmensa cantidad de productos japoneses exquisitos. También hay cerca, a unos cinco minutos, un 7 Eleven con un cajero que admite tarjetas extranjeras.

Esta Guest House la llevan un matrimonio. Luna, es taiwanesa y él japonés. Estuvieron diez años viviendo en República Dominicana. Aunque su castellano es limitado, lo intentan y les gusta hablar contigo. Además hablan inglés. Unos excelentes anfitriones.

Si este alojamiento no te convence, puedes encontrar otras alternativas para alojarte en Alojamientos en Kioto.

Seguro de viaje Japón

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Sobre mí

Raúl

Me fascina viajar, y hasta cierto punto estoy obsesionado con los viajes. Siempre intento tener un billete de avión en la cartuchera.
Recuerdo el momento que por primera vez pisé el extranjero, tenía 18 años, ese fue un viaje de ida, aún quiero seguir conociendo más y más.

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