Trinidad resultó ser un lugar con muchas cosas que ver y hacer. Además de la música, su arquitectura colonial, la noche, los mojitos o sus playas, está el Parque Natural El Cubano en Trinidad.
Pensamos que uno de los días sería muy buena idea hacer un trekking por este parque natural. Disfrutar un poco de la naturaleza, alejarnos de la ciudad, del ajetreo.
Cuando por la mañana, no demasiado temprano nos vino a buscar el guía, venía vestido de jinete. Quizás fui el único que no se enteró, pero habíamos contratado una excursión a caballo por este parque natural.
Cada vez me estoy acostumbrando a hacer cosas diferentes, y la verdad es que nunca había montado a caballo.
Eso no fue ningún problema, los caballos son muy mansos y funcionan en modo automático, ellos se conocen el camino, mi yegua se llama Paloma.
El comienzo de la excursión es básicamente la elección del caballo, dependiendo de factores como estatura o experiencia montando a caballo te darán uno u otro. Tu compañera por la naturaleza.
El siguiente paso es enseñarte a subir al caballo, y una vez arriba, las cuatro órdenes básicas. Con las riendas hacia adelante y un pequeño toque con los pies, el caballo empieza a andar (decir arre también funcionó). Llevando las riendas a izquierda o derecha suavemente, el caballo sigue ese camino. Y para parar, echando las riendas hacia atrás, ya paran.
He de decir que lo primero que hice fue observar el estado de los caballos, no quisiera participar en algo que pudiera provocar cualquier clase de daño o maltrato animal. El estado de los caballos era bueno, ni estaban delgados, ni tenían heridas. Y durante el camino, en cada parada, cada 45 minutos bebían agua.
Parque Natural El Cubano
Saliendo de Trinidad, este parque se encuentra a unos tres o cuatro kilómetros, un paseo por una zona rodeada de montañas, muy verde, realmente bonita.
Obviamente en un paseo de este tipo, es difícil pensar que no vas a parar en sitios, no sólo a comer. Así pues que la primera parada fue en un paladar, pero este paladar tenía una herramienta manual para prensar la caña de azúcar (sí, primera turistada, eso ya lo habíamos visto y mucho mejor de la mano de Danilo en Caibarién).
Después de otro agradable paseo, hicimos la segunda parada. Esta vez a tomar un café y a que nos vendieran unos puros.
Este fue un lugar agradable, pero el precio de los cafés (café bueno bueno muy bueno) era más propio de París que de un pueblo en Cuba.
La verdad que los cubanos tienen mucho arte para todo, y quizás fuera más entretenido ver cómo nos contaban la forma de preparar el café y luego la historia sobre los puros, que el simple hecho de parar allí.
Así que fuimos viendo que la excursión tenía unos add-ons en forma de visita a negocios locales, lo cual, desde luego que no me parece mal. Es una forma de mejorar la economía local, con sus propios productos.
Y por fin llegamos a eso que llamaban unas cascadas increíbles. Desde luego que no me esperaba ver El Salto del Ángel, o las Cataratas de Iguazú, pero eran muchas las expectativas que nos habían creado.
Al final eran unas cascadas pequeñas, pero que hacían dos piscinas en dos niveles donde te puedes bañar. Así que bueno, en un día caluroso como el que fue aquél día, se agradecía.
Y ya sólo quedaban dos paradas. Subir hasta una colina y ver una vista general de este Parque Natural El Cubano. Al fondo, rodeados de montañas, la verdad que una vista que culminaba en una excursión bastante agradable.
La última parada fue en el primer paladar de la caña de azúcar. Allí comimos algo, desde luego que caro no fue. Y de vuelta a Trinidad, a recorrer sus calles y callejuelas y a no perder de vista todo el color que rodea a esta ciudad.
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Nosotros no nos complicamos mucho la vida. Y es que en Cuba todo funciona muy bien, si quieres algo, háblalo con las personas de la casa particular donde te alojes. Ellos tienen cosida una red de contactos, amigos y familia que de una manera u otra se dedican al turismo.
Normalmente, en excursiones de este tipo, suelen salir más baratas si las contratas en las casas particulares a hacerlo en hoteles. Al final, como ocurrió en esta excursión, venía más gente de otras casas particulares y algún hotel, ¿Adivinas quiénes fueron los que pagaron más?
Alojamiento en Trinidad
Como ya hicimos en La Habana, Caibarién y Camagüey, nos alojamos en una casa particular.
Elegimos esta casa por consejo de unos viajeros que conocimos en Santa Clara, y tengo que decir que fue muy buena elección. Era una casa para nosotros tres. Enorme, con una terraza donde disfrutar de las puestas del sol mirando hacia el mar del Caribe.
La casa se llama Hostal Chino y María. Son un encantador matrimonio cubano. Ella cocina de una manera deliciosa. De hecho, dos de las tres noches que pasamos en su casa, cenamos su comida. Un día langosta, qué delicia!!, y encima muy barata.
Se encuentra en la calle Julio A. Mella (Guásima), número 324, entre las calles Lino Pérez y Agustín Bernal. La recomendamos.
Seguro de Viaje Obligatorio Cuba
Si viajas a Cuba, vas a necesitar hacerte un seguro de viaje, ya que a diferencia de otros países, es un requisito de entrada en la isla desde el año 2010. Bien es cierto, que quizás no te lo pidan en el aeropuerto al llegar, pero si en algún momento necesitas asistencia médica por cualquier motivo, no tener el seguro será un problema. Pero si te o piden y no lo tienes, te pueden denegar la entrada.
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