Japón

Palacio Imperial de Tokio, también llamado Kokyo

Toda ciudad que ha sido la capital hegemónica de un imperio tiene su palacio desde donde se tomaban las decisiones que trascendían al territorio dominado. En Japón hay dos, el Palacio Imperial de Tokio y el de Kioto. De este último hablaremos en otro post.

Durante nuestro viaje a Japón, en Septiembre, el clima fue un factor a tener en cuenta durante nuestro viaje en Tokio. A pesar de llover muchos de los días, hubo alguno donde pudimos disfrutar de un clima apacible. Y fue uno de estos días en los que decidimos abandonar el uso del metro y disfrutar de un agradable paseo. Andamos tanto que llegamos hasta el Palacio Imperial de Tokio.

Estamos en Japón, y los palacios imperiales, arquitectónicamente hablando, se parecen poco a nada a los que nos encontramos por Europa. De ahí que su atractivo se aún mayor.

Jardines Orientales del Palacio Imperial de Tokio

La entrada se llama Sotosakurada-mon, y desde ahí vía libre al interior del recinto.

Palacio Imperial de Tokio

Cuando llegas al recinto donde se encuentra este palacio, lo primero que llama la atención son los jardines que le rodean. Se pueden visitar libremente, andar por ellos, descansar y disfrutar de la paciencia de los jardineros para llegar a tener un jardines cuidados hasta el extremo.

Estos jardines se llaman Jardines Orientales del Palacio Imperial. Están donde se asentaba la muralla fortaleza que hacía de límite o frontera entre el populacho y la familia imperial. Los pinos que abundan en estos jardines no crecen al libre albedrío. Cada una de las ramas ha ido tomando la dirección que los concienzudos jardineros. Un trabajo increíble.

Palacio Imperial de Tokio

Palacio Imperial de Tokio

Más allá de los límites de los jardines se encuentra “el cinturón” de rascacielos imponentes que predominan por toda la ciudad. Y junto a ellos la Estación Central de Trenes de Tokio. Un edificio que se distingue del resto con la elegancia de otros tiempos.

Palacio Imperial de Tokio

El Palacio Imperial de Tokio

El Palacio Imperial, también llamado Kokyo, está construido en los terrenos donde estaba anteriormente el Castillo Edo. Durante la Segunda Guerra Mundial fue destruido debido a los bombardeos aliados. Posteriormente se reconstruyó y pasó a ser la residencia oficial del Emperador y su familia.

Ya desde los jardines se distinguen algunas edificaciones defendidas por un lago de agua que, suponemos, en tiempos pasados dificultó el acceso a incómodos visitantes.

Palacio Imperial de Tokio

Un precioso puente, Nijubashi, que une dos partes del interior del recinto. Supongo que en el periodo Edo, para evitar intromisiones y aislar más al emperador y su familia de ataques, también existían esos canales de agua dentro del propio recinto, más allá del perímetro exterior.

Tuvimos mucha suerte cuando llegamos a un punto del Palacio desde los jardines, que parecían el acceso principal al complejo. Se nos acercó un empleado del recinto y nos mostró una hoja donde apuntarnos a la visita guiada y gratuita que se hace dos veces al día, bingo!!!!

El interior del recinto básicamente se puede ver alguna edificación antigua y el Pabellón Chowaden donde se hacen las recepciones oficiales, por fuera. Es en este pabellón donde todos los 2 de Enero y 23 de Diciembre (cumpleaños del Emperador) salen él y parte de su familia a dar un corto discurso a los visitantes.

Palacio Imperial de Tokio

Palacio Imperial de Tokio

Visita guiada al Palacio Imperial de Tokio

Las visitas guiadas son dos al día. Por la mañana de 9:30, finalizando a las 11:30. Y por la tarde de 1 a 3.

Sólo pueden entrar un máximo de 180 persona por pase, y hay que mostrar el pasaporte u otro documento de identidad de tu país de origen. A nosotros nos bastó con mostrar el dni.

Palacio Imperial de Tokio

La primera parte de la visita te llevan a una sala donde te registran todo lo que llevas. Nos dio la sensación de cierta paranoia por la seguridad. Bueno, bien es cierto que la familia imperial vive allí, y estas medidas están dirigidas a evitar cualquier tipo de situación no deseada que pudieran afectar a la seguridad de los residentes.

Las 180 personas están en esta sala durante una hora. En este tiempo el guía, que por supuesto sólo habla japonés (nosotros no hablamos japonés), te dan tiempo para ir al baño, ir a una pequeña tienda donde comprar recuerdos (que por cierto nos pareció que no valían mucho la pena) y explicarnos las normas durante la visita.

Como no hablamos japonés, nos guiamos por el tríptico que nos dieron. Ahí se indica que tenemos que ir todos juntos, hacer caso en todo momento al guía y a sus asistentes. Una vez que comienzas el tour guiado no puedes abandonarlo.

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La segunda parte del tour es el tour en sí mismo. Donde usan una hora para un recorrido que se puede hacer en 20 minutos. Son muchas las paradas y las explicaciones en japonés. Supongo que la gracia de no enterarse de nada hace que resulte un poco tedioso.

Palacio Imperial de Tokio

Palacio Imperial de Tokio

En cualquier caso nos pareció que merece la pena, aunque sí es cierto que puede llegar a resultar un poco pesado. Aunque si vas a estar poco tiempo en Tokio, creo que es preferible obviarlo y centrarse en otros lugares de interés de la ciudad.

Cómo llegar al Palacio Imperial de Tokio

Son tres las estaciones que mejor situadas están para acceder hasta el Palacio Imperial. Eso sí, si no has elegido disfrutar de un agradable paseo hasta llegar allí.

Podemos acceder a través de la estación de Otemachi, que además por el número de líneas que hacen transbordo allí, quizás sea la más usada. Las líneas que dan servicio a Otemachi son Mita Line, de la red privada Toei Line. De la red pública Tokyo Metro Line, podemos acceder a través de la línea Chiyoda, Tozai, Marunouchi y Hanzomon.

También puedes llegar hasta la Tokyo Station, línea Marunouchi. La otra estación que queda relativamente cerca, pero a tan sólo una parada de Otemachi es Takebashi. Esta estación está al norte del recinto.

Alojamiento en Tokio

En nuestro viaje a Japón estuvimos en dos alojamientos completamente diferentes. Al llegar el primer día del viaje nos quedamos en un hotel no muy lejos de Ginza, Kodemmacho, línea gris Hibiya, a tan sólo una parada de Akihabara. El hotel estaba muy bien, totalmente recomendable.

A la vuelta a Tokio después de haber visitado Kioto, Osaka, Koyasan e Hiroshima, decidimos alojarnos en un apartamento, ya que queríamos vivir la experiencia tokiota, ser más parte de la ciudad.

Elegimos esta opción porque queríamos vivir la ciudad, estar en un edificio de apartamentos como si fuéramos un habitante más. Vivir el día a día, callejear por el barrio, disfrutar de sus izakayas. En definitiva, sentirnos habitantes de Tokio.

El apartamento elegido lo encontramos a través AirBnb. Y la experiencia fue, en mi opinión, la mejor. El apartamento era pequeño, estaba situado en un edificio de apartamentos de 13 plantas con unas vistas increíbles de toda la ciudad.

El apartamento está a tan sólo diez minutos andando de la parada de tren Ikejiri-oshasi, línea Tokyu Den-en-toshi.

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Sobre mí

Raúl

Me fascina viajar, y hasta cierto punto estoy obsesionado con los viajes. Siempre intento tener un billete de avión en la cartuchera.
Recuerdo el momento que por primera vez pisé el extranjero, tenía 18 años, ese fue un viaje de ida, aún quiero seguir conociendo más y más.

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